El decimoséptimo día del mes de Ramadán, coincide con el aniversario de la batalla de Badr en el segundo año de la hégira, que resultó en la victoria del ejército del Islam sobre los politeístas. [1]
En el presente artículo echamos un vistazo a este Yihad Islámico, que fue el primer conflicto armado entre los musulmanes y sus enemigos obstinados, [2] para que los musulmanes recuerden las lecciones de sus antepasados y pioneros del Islam en el pasado reciente, y las implementen en su vida en todos los tiempos y épocas. [3]
La "Batalla de Badr" fue el primer enfrentamiento serio entre los musulmanes y los politeístas
Según los historiadores y narradores de hadices, la Batalla de Badr comenzó cuando Abu Sufyan el gran líder de los politeístas de La Meca, encabezaba una caravana comercial importante formada por cuarenta hombres con 50.000 dinares en mercancía, desde Siria a Medina. El Profeta (PBD) ordenó a sus compañeros que estuvieran listos para dirigirse hacia esta gran caravana que transportaba una parte significativa de la capital del enemigo, ya que la confiscación de esta mercancía se consideraba un gran golpe al poder económico de los politeístas y en consecuencia debilitaba su fuerza militar contra los musulmanes. [4]
Los compañeros de Abu Sufyan en Medina, que se enteraron de este incidente, le comunicaron la noticia. Abu Sufyan rápidamente envió un mensajero a La Meca y les informó sobre el gran peligro que amenazaba su capital. En un corto período de tiempo, 950 guerreros y líderes de Quraysh con setecientos camellos y cien caballos bajo el mando de Abu Yahl se movieron para hacer frente a los musulmanes, y el asunto se volvió tan grave que los líderes de La Meca amenazaron a aquellos que no iban a participar en la guerra que destruirían sus casas. [5]
Por otro lado, Abu Sufyan cambió su ruta para escapar de los musulmanes y tomó otro camino para mantenerse alejado de la zona de peligro.[6]
El Profeta del Islam (PBD), con 313 de sus compañeros, con su simple equipo militar pero con el corazón lleno de fe y determinación, llegó cerca de la tierra de Badr, que era uno de los acampamientos más cercanos entre La Meca y Medina. Fue aquí donde el Profeta (PBD), se enteró del movimiento del poderoso ejército Quraysh desde La Meca a Medina.[7]
En ese instante, el Profeta (PBD) consultó con sus compañeros para tomar una de las siguientes decisiones: perseguir la caravana de Abu Sufyan y confiscar sus propiedades, o prepararse para enfrentarse al ejército de los politeístas. Algunos de ellos preferían enfrentarse al ejército del enemigo, pero otros se mostraban reacios a hacerlo, pero el Profeta (PBD) decidió realizar la primera opinión,[8] así que dio la orden de avanzar hacia el gran ejército del enemigo con el pequeño ejército del Islam en la tierra de Badr[9].[10]
La batalla de Badr fue una guerra defensiva
Según la opinión de algunos investigadores, pensadores e historiadores islámicos, todas las guerras del comienzo del Islam fueron del tipo del Yihad defensivo y ninguna de ellas tuvo el aspecto de una guerra ofensiva.[11]
Antes de la emigración del Profeta (PBD) a Medina, los musulmanes eran constantemente torturados por los politeístas de La Meca. Algunos de ellos eran arrojados fuera de sus casas y de la ciudad, e incluso se les negaba a los musulmanes el derecho de realizar el Hayy. El Profeta Muhammad (PBD) no les había permitido a los musulmanes levantarse en La Meca contra los politeístas de Quraish; y en su lugar les ordenó soportar y tener paciencia. Sin embargo, después de la emigración a Medina, recordando la opresión que los politeístas les habían impuesto a los musulmanes, Dios les permitió a los musulmanes luchar contra ellos.
En el segundo año de la Hégira, tuvieron lugar dos incidentes que ambos fueron llamados “Batalla de Badr”, uno de los cuales pasó a ser conocido como "Badr al-Suqra" (el Badr pequeño) y el otro como "Badr al-Kubra" (el Badr Grande), y fue iniciado por los enemigos del Islam.
Uno de los motivos de estas batallas fue las actividades hostiles de los politeístas contra los musulmanes. Se ha narrado que antes de la batalla, le infirmaron al Profeta del Islam (PBD) que algunos de los líderes de los politeístas de La Meca habían llegado a las cercanías de Medina y saquearon los camellos, ovejas y otras propiedades de los musulmanes y luego huyeron hacia La Meca. El Profeta (PBD) envió a algunos soldados musulmanes para perseguirlos. Los soldados persiguieron al enemigo hasta la tierra de Badr, pero se sintieron decepcionados y regresaron. Este incidente terminó sin conflicto y pasó a ser conocido como "Badr al-Suqra". La Batalla de Badr ocurrió más tarde durante el mismo año, y fue en realidad una respuesta a la agresión de los líderes de La Meca y por lo tanto fue considerado un Yihad defensivo.[12]
El Profeta (PBD) y sus compañeros tenían derecho a realizar tal ataque porque, en primer lugar, con la emigración de los musulmanes de La Meca a Medina, muchas de sus propiedades cayeron en manos de los politeístas de la Meca y así sufrieron graves pérdidas y tenían derecho a reclamar y compensar esas pérdidas.
Además de esto, los politeístas de La Meca durante los 13 años de la aparición del Islam habían demostrado claramente que estaban listos a causarle cualquier daño al Profeta (PBD) y los musulmanes e incluso se prepararon para matar al Profeta (PBD) y a los musulmanes. Tales enemigos no se quedarían de brazos cruzados ante la emigración del Profeta (PBD) a Medina, y ciertamente iban a movilizar sus fuerzas para un golpe más decisivo contra el Islam, por lo que la razón y la lógica exigían que los musulmanes, como medida preventiva que hicieran frente a la caravana que llevaba el enorme capital de los politeístas, y fortalecieran su base económica y militar para defenderse en el futuro, y esta es una acción que ha estado y está en todos los programas de guerra del mundo, ya sea en el presente o en el pasado.[13]
La Batalla de Badr, Una batalla desigual
El Corán ha dado una descripción detallada sobre la situación de los politeístas y de los musulmanes, diciendo en la aleya 42 de la Sura al-Anfal:
"(Recordad el día) cuando os encontrabais en la vertiente más próxima del valle (de Badr, en la parte de Medina) y ellos en la más alejada, quedando la caravana debajo de vosotros (en la llanura costera). Si hubierais querido acordar una cita para encontraros bajo dichas circunstancias, en verdad no os hubieseis puesto de acuerdo para realizarla. Mas (Dios hizo que os encontraseis en dichas circunstancias) para que Dios llevara a término algo que Él ya había decretado." (Ver: Corán, 8: 42)
Tan pronto como los musulmanes acamparon en el valle, el Profeta (PBD) envió a algunas personas junto con Alí Ibn Abi Talib (P) para obtener información acerca de la caravana de los mecanos. Un grupo de ellos se encontró con dos soldados del enemigo al lado de un pozo. Ellos los capturaron, y después de interrogarlos se puso en claro que un ejército de unos 1000 guerreros mecanos, ha acampado detrás de una colina.
En el primer encuentro militar del ejército del Islam con el ejército de la infidelidad y el politeísmo, es decir, la batalla de Badr, [14] los musulmanes se encontraban aparentemente en una situación muy crucial en términos de equilibrio de poder; El número de musulmanes era 313 y el ejército del enemigo era tres veces mayor.[15]
El ejército del enemigo tenía muchos caballos y camellos y suficientes herramientas de guerra, mientras que entre los musulmanes, sólo dos personas montaban a caballo, y su composición principal era de setenta camellos.[16]
El enemigo no podía creer que los musulmanes hubieran llegado al campo de batalla con esas pocas personas y equipo, más bien pensó que la parte importante del Ejército Islámico estaba escondida en algún lugar para iniciar su ataque por sorpresa, por lo que enviaron a alguien para investigar, pero pronto se dieron cuenta de que la multitud de los musulmanes era la misma que habían visto.[17]
Ayuda de Dios en la batalla de Badr
Al inicio de la batalla de Badr, algunos musulmanes estaban aterrorizados e insistían en que no era aconsejable luchar en contra de este enorme grupo de enemigos, mientras que no hubo equilibrio entre las dos partes. El Profeta (PBD) los animó con esta promesa divina y dijo:
"Dios me ha prometido que triunfarais sobre uno de estos dos grupos, ya sea sobre la caravana comercial de Quraysh o sobre su ejército, y el cumplimiento de la promesa de Dios es inevitable. Juro por Dios que vi con mis propios ojos el lugar donde Abu Yahl y algunos de los líderes de Quraysh serán asesinados." [18]
De hecho, la Batalla de Badr fue un claro ejemplo de la ayuda de Dios, y fue en relación a esta batalla que la aleya coránica dice:
“En (la historia de) las dos tropas que se enfrentaron (en la Batalla de Badr) ha habido para vosotros una señal (para tomar lecciones); Una de las tropas combatía en el camino de Dios, y la otra, era de los incrédulos, en cuyos ojos los veían (a los musulmanes) como si fueran el doble en número. Y (así) Dios apoya a quien quiere con Su auxilio (para la victoria). Ciertamente en ello hay una lección para los dotados de visión.” [19]
Basado en esta aleya, en la batalla de Badr si había 313 creyentes, los enemigos los veían como más de 600 personas y este hecho aumentaba su miedo a los musulmanes. [20]
Por lo tanto, la nueva noticia que recibieron los espías de los musulmanes fue que el ejército de Quraysh, con todos sus equipamientos militares tenía mucho miedo al ejército de los musulmanes.[21] Esto se convirtió en una de las razones de la derrota de los politeístas en la batalla de Badr.[22]
La victoria del ejército del Islam en la batalla de Badr
A la mañana siguiente, el pequeño ejército del Islam se alineó contra el enemigo con un espíritu fuerte. Antes de empezar la batalla, el Profeta (PBD) les ofreció paz a los mecanos para que no quedaran excusas para ellos. Algunos de los líderes de Quraysh querían aceptar esta propuesta y hacer las paces, pero nuevamente Abu Yahl lo impidió.[23]
Antes de que comenzara la guerra, Abu Yahl le ordenó a 'Amir al-Hazrami atacar a los musulmanes con el fin de crear caos en sus filas. Pero, los soldados del Profeta (PBD) se mantuvieron estables. Abu Yahl logró convencer a las destacadas personalidades de Quraish de iniciar la lucha; y por consiguiente ‘Utba Ibn Rabi’a, su hijo Walid y su hermano Shayba, a pesar de que eran de las personas que habían intentado retirarse de la guerra, se ofrecieron como los primeros voluntarios para iniciarla y empezaron a desafiar a los musulmanes.
Para responder este desafío, tres guerreros de los musulmanes de Medina (Ansar) se adelantaron hacia el campo de batalla. Cuando ellos se presentaron a sí mismos frente al ejército del enemigo, ‘Utba Ibn Rabi’a les dijo que volviesen y enviaran a tres guerreros de los musulmanes de La Meca (emigrantes) para combatir con ellos. Entonces, ellos regresaron y el Profeta (PBD) envió a Hamza, Alí (P), y Ubayda Ibn Haris al campo de batalla, y en el combate cuerpo a cuerpo que tuvo lugar entre las dos partes, Hamza mató a 'Utba, Alí (P) mató Walid y ‘Ubayda mató a Shayba.
Finalmente, se encendió el fuego de la guerra, Hamza (P), el tío del Profeta (PBD) Ali (la paz sea con él), que eran los miembros más jóvenes del ejército, y un grupo de valientes guerreros del Islam, en sus combates cuerpo a cuerpo, como era la tradición de aquel entonces, infligieron fuertes golpes en el cuerpo de sus oponentes, y con la valentía de estas personas, el espíritu del enemigo volvía a debilitarse.[24]
Eran momentos muy cruciales, el Profeta (PBD) había ordenado a los musulmanes que no miraran la multitud de los politeístas y que sólo miraran sus propios oponentes, que hablaran menos y en su corazón pidieran más la ayuda a Dios, y no desobedecieran sus órdenes. El Profeta (PBD) levantó su mano hacia el cielo y dijo: "Oh Señor, si este grupo (de musulmanes) perece, no habrá hombres que Te adoren.”[25]
La perseverancia y la valentía de los musulmanes habían puesto a los guerreros de Quraysh en una situación difícil, como resultado, setenta personas del ejército del enemigo, entre ellas Abu Yahl, fueron asesinadas y 70 personas fueron capturadas por los musulmanes. Pero los musulmanes solo sufrieron unas pocas bajas, por lo que la primera lucha armada de los musulmanes con su enemigo terminó con una victoria inesperada.[26]
La presencia del Profeta (PBD) en la primera línea de la batalla
Al contrario de lo que algunas personas piensan que el Profeta (PBD) no luchó personalmente en el campo de batalla, los historiadores islámicos han escrito que él personalmente entró en el campo de batalla en muchas guerras. Entre otras cosas, Ibn Is-haq escribe en su libro de historia que el Santo Profeta (PBD) luchó personalmente en nueve de las batallas del Islam, es decir, en las batallas de Badr, Uhud, Jandaq, Bani Qurayzah, Bani al-Mustaliq, Jaibar, Fath, Hunain y Taif. Algunos han contado que el Profeta estaba presente en más de 9 batallas.[27]
Según una narración del Imam Alí (P), durante la guerra, el Profeta (PBD) estaba en la primera línea de combate en el lugar más cercano al enemigo. Cuando el conflicto se volvió difícil, los musulmanes se reunieron a su alrededor buscando refugio ante él. Con respecto al coraje del Santo Profeta (PBD) en la batalla de Badr, hay un hadiz narrado por el Imam Ali, la paz sea con él, que dijo:
"El día de la batalla de Badr, fui testigo de que nosotros nos refugiábamos en el Profeta (PBD) y él estaba más cerca del enemigo que todos nosotros y era uno de los más valientes guerreros en aquel día".[28]
La batalla de Badr, clave de las conquistas del Profeta (PBD)
Aunque la batalla de Badr no duró más de medio día, marcó uno de los eventos más importantes en la historia del Islam y fue considerada un punto de inflexión en la lucha de los musulmanes contra los politeístas de la Meca. En conclusión, cabe destacar que la victoria de los musulmanes en la batalla de Badr fue una de las mayores conquistas del Islam [29] y tuvo un efecto muy profundo en la historia del Islam; De modo que los combatientes de Badr siempre lo consideraron como uno de sus grandes honores.[30] Por lo tanto, los eruditos musulmanes han dicho que en este día, es decir el 17 del mes de Ramadán, se recomienda realizar los siguientes actos recomendables:
- Realizar el Baño completo
- Dar caridad
- Agradecer a Dios,
- Vigilia y adorar a Dios en la noche anterior al 17 de Ramadán.[31]
Notas
[1] Mafatih Nowin, p. 695.
[2] Tafsir Nemune, vol.7, p.: 93.
[3] Ibíd., pág. 92.
[4] Ibíd., pág. 93.
[5] Mensaje del Corán, volumen 8, página 320.
[6] ibíd.
[7] Ibíd., pág. 321.
[8] Tafsir Nemune, volumen 7, página 95.
[9] Tafsir Nemune, vol. 7, p. 96.
[10] Mensaje del Corán, volumen 8, página 321.
[11] Los más virtuosos siervos de Dios, p.47.
[12] La Religión de la Misericordia, página 69.
[13] Tafsir Nemune, volumen 7, página 93.
[14] La historia de los compañeros: una colección de debates coránicos del ayatolá Makarem Shirazi, página 170.
[15] Mensaje del Corán, volumen 8, página 322.
[16] ibíd.
[17] Tafsir Nemune, volumen 7, página 96.
[18] ibíd.
[19] Ver: Sura Ale-Imran, versículo 13.
[20] Tafsir Nemune, Vol. 2, página 453.
[21] Ibíd., Vol. 7, página 97.
[22] Ibíd., Vol. 2, página 453.
[23] Ibíd., Vol. 7, página 98.
[24] ibíd.
[25] ibíd.
[26] Tafsir Nur al-Thaqalin, Volumen 2 de las páginas 121 a 136; Mayma’ al-Bayan Volumen 4 de las páginas 521 a 523.
[27] Mensaje del Imam Amir al-Mu'minin, vol. 14, p. 215
[28] Bihar al-Anwar, volumen 16, página 232; (Mensaje del Imam Amir al-Mu'minin, vol. 14, p. 216).
[29] Mafatih Nowin, p.781.
[30] Mensaje del Corán, volumen 8, página 322.
[31] Mafatih Nowin, p. 781.