La honorable señora Fátima (P) ayudaba a su
padre desde los primeros años después de la aparición del Islam y estuvo con a
él en todos los acontecimientos importantes tales como: la batalla de Uhud, la
conquista de la Meca, la Emigración a Medina y la batalla de Ahzab.
Desde el principio del Islam, la Señora Fátima
(P) fue una verdadera ayuda y apoyo para su padre. Durante los tres años
anteriores a la emigración a Medina, los politeístas de La Meca acosaban e
insultaban al Profeta (PBD), y a veces le lanzaban cenizas sobre su cabeza.
Cada vez que el Profeta (PBD) regresaba a su casa, Fátima (P) estaba allí para quitarle
la ceniza y consolarlo. Sus ojos se llenaban de lágrimas al ver cómo la gente
de La Meca trataba con su padre, pero el Profeta (PBD) la consolaba diciéndole:
"Oh hija mía, no te entristezcas y no llores, porque Dios es el protector
de tu padre. [1]
Una vez los enemigos se congregaron al lado de
la Kaaba y juraron por sus ídolos que matarían a Muhammad dondequiera que lo
encontraran. Fátima (P) escuchó esta noticia y se la notificó a su padre para
que pudiera tomar más precauciones. [2] Esto demuestra que ella no sólo
defendía a su padre internamente en casa, sino que también jugó un papel en su
defensa externamente.
Se ha narrado que un día Abu Yahl, uno de los
líderes politeístas de La Meca, animó a un grupo de matones de La Meca para que
lanzasen intestinos de ovejas sobre el Profeta (PBD); mientras se prosternaba
en oración en el Masyid al-Haraam. Cuando le lanzaron los intestinos al Profeta
(PBD), Abu Yahl y sus amigos comenzaron a reírse y a burlarse de él. Algunos
de los compañeros del Profeta (PBD) vieron lo que había ocurrido, pero no había
nadie que pudiera defender al Profeta (PBD). La noticia de lo que había
ocurrido llegó a Fátima (P). Ella rápidamente se apresuró a Masyid al-Haraam y
ayudó a limpiar al Profeta (PBD) y con mucha valentía criticó a Abu Yahl por
lo que había hecho.
De manera similar, cuando tuvo lugar la batalla
de Uhud, el Profeta (PBD) resultó herido en medio de la lucha. La noticia de este
suceso llegó a Medina y Fátima rápidamente se precipitó a Uhud, a pesar de que
la distancia entre estos dos lugares era bastante considerable y ella era sólo
una niña en aquel entonces. Cuando llegó a Uhud, lavó el rostro de su padre con
agua y le limpió la sangre. Como su frente seguía sangrando, quemó un pedazo de
estera de paja y utilizó la ceniza para detener el flujo de sangre. Incluso,
procuró un arma para su padre para la batalla que iba a tener lugar al día
siguiente. [4]
Además de esta batalla, Fátima (P) estaba presente
junto a su padre en todos los acontecimientos importantes de la temprana
historia islámica. Durante la batalla de Ahzab, ella fue la que le trajo comida
al Profeta (PBD) después de haber tenido hambre durante varios días. De manera
similar, después de la conquista de La Meca, erigió una tienda de campaña para
que el Profeta (PBD) pudiera lavarse y vestirse, para poder ir entonces hacia
el Masyid al-Haraam. Esta es sólo una pequeña parte de las acciones de la
Señora Fátima (P) para ayudar y apoyar a su padre, el Profeta del Islam (PBD). [5]
[1] Ibn Hisham, Sirah al-Nabawiyah, vol. 1, pág.
416.
[2] Ibn Shahr Àshub, al-Manaqib, vol. 1, pág.
71.
[3] Sahih Bujari, vol. 5, pág.
8.
[4] En la batalla de “Hamra al-Asad”
[6] Ayatolá Makarem Shirazi, Zahra (P): La
mujer más virtuosa del mundo, pág. 31.